7 formas de matar el entusiasmo de un niño por la lectura
No hay manera más rápida de alejar a un niño del amor por la lectura que desacreditar el libro que ha seleccionado. Y mucho peor en los niños y niñas reticentes a la lectura.
Imagina que tu hijo está en la librería, la biblioteca o la estantería de casa mirando que leer. Da cinco vueltas y vuelven con su libro seleccionado bien fuerte (en plan, este es el que quiero) y como respuesta escucha alguno de estos comentarios:
- Ese libro ya lo has leído En su lugar te recomiendo plantear la pregunta, ¿por qué lo quieres releer? Crea una conversación de su interés por volver a leer el mismo libro. Tal vez busca nuevos detalles, necesita un libro en su zona de confort, lo quiere releer porque le gusto mucho…
- Ese libro es demasiado fácil para ti. Muchos niños tienden a escoger libros más sencillos de sus capacidades. Mejor que disfruten del libro que has escogido y si eso le puedes sugerir una lectura más avanzada para cuando terminen. Hay que dejarles seleccionar sus lecturas.
- Eso no es un libro, es un cómic (lo mismo con las revistas). Los comics o novelas gráficas son literatura, aunque con mala fama entre muchas familias. Y algunas revistas infantiles como Principia Kids son auténticas obras culturales y científicas. Respect! 😉
- ¿Ya has terminado? Tanto pedirlo y no has leído ni el título de la portada. Se puede preguntar que les estaba gustando o no de la historia, si le apetece que les leamos nosotros un rato en voz alta (en mi casa esto funciona de maravilla) o simplemente dejarles que cambien de actividad y otro día, ya les sugeriremos si les apetece leer ese libro que ellos escogieron.
- Ese libro no está en la lista de recomendados de la escuela. ¿Y qué? Leer en casa no es una obligación. Los padres trabajamos unas horas al día y después desconectamos (o lo intentamos) con nuestras actividades de ocio favoritas. Por mucho que se lo pasen bien en la escuela, es saludable que ellos también desconecten del currículum escolar.
- Eres demasiado pequeño para leer ese libro, no lo entenderás. Si no lo intenta, seguro que no lo entenderá. Si por lo que sea ha despertado su curiosidad, hay que dejar que lo lea. Además, hay muchos libros infantiles y juveniles que tienen crítica social y política que los niños no entienden, pero ahí están, sembrando la semilla y ellos disfrutando de la lectura.
- Este libro es de niñas (o es de niños). Creo que pasa más cuando un niño escoge cualquier libro con portada rosa, estilo femenino o de princesas. Si los padres no educamos en la igualdad, ¿dónde aprenderán que el rosa no es de niñas y el azul de niños?
En resumen, cuando un niño escogen un libro, hay que intentar no imponer nuestras preferencias. Además de que lo que nosotros leímos de pequeños, a ellos les puede aburrir mortalmente.
Por supuesto, como padres podemos opinar, especialmente si nos preguntan, pero ante todo en las lecturas fuera del aula: libertad y respeto por sus elecciones. Sin ser experta en educación, considero que no se debería imponer en casa a los niños sus lecturas si queremos promover y fortalecer su afición por la lectura.