Los terribles dos se convierten en los fatídicos nueve si hablamos de hábito lector.

La lectura por placer y los terribles nueve

¿Sabes que existe una pérdida de lectores a los nueve años? Mucho se habla de que los adolescentes no leen y poco de que pasa a los 9 años en relación con los hábitos lectores.

Según el estudio “The Kids and Family Reading Report” publicado por Scholastic, entre los 8 y 9 años se reduce drásticamente los niños que leen por placer, de un 57% de niños que leen por placer entre 5 y 7 veces a la semana a un 35%.

En un año se pierden más de un 20% de ávidos lectores.

A esa misma edad, la percepción de que leer por placer es una actividad importante también disminuye considerablemente, de un 65% a un 57%.

De forma similar, los niños que afirman que les gusta leer baja de un 40% a un 28%. Otros estudios anteriores de Scholastic han mostrado la relación entre la actitud hacia la lectura por placer y la frecuencia lectora: si leen con frecuencia, más quieren leer por placer.

La drástica reducción de la frecuencia de la lectura por placer a los nueve no vuelve a incrementar con los años. A los 14 no se recuperan por arte de magia unas cifras maravillosas de lectura por placer entre los adolescentes.

Pero hay posibilidad de mejora de “lectores perdidos” o prevenir este declive, ya que según el mismo estudio, los niños de diferentes edades son conscientes que deberían leer más por placer y creen que leer es importante, pero no le dedican tiempo de ocio.

El estudio de Scholastic no analiza en profundidad las motivaciones de estos lectores perdidos a los 9 años de edad. Algunas posibilidades:

Con nueve años es el inicio de una relación diferente con la lectura.

Los niños empiezan a leer para entender, para explorar de forma autónoma, para resolver problemas matemáticos. Poco a poco familias y escuelas les vamos alejando de la lectura por placer, o al menos ya no les acompañamos.

Si además son niños que tienen dificultades lectoras o de comprensión, la lectura provoca rechazo. Por lo tanto, tiene todo el sentido que no irán a buscar un libro para leer por placer, ya sea en el aula o fuera.

En 3º y 4º de Primaria se da una fuerte presión escolar para que los niños aprendan a leer.

Leen en voz alta ante sus compañeros, existen comparaciones entre quien lo hace de forma fluida y no.

La lectura para muchos pasa de ser un momento de gozo a una situación traumática.

A los 9 años se les deja de leer en voz alta

Según el mismo estudio, el 95% de los padres considera muy importante leer a sus hijos en voz alta entre 6 y 8 años.

Esto se reduce al 60% con niños entre 9 y 11 años y al 36% en padres con niños de 12 a 14 años. Los que lo hacen son muchos menos: 45% (entre 6 y 8 años), 21% (9 y 11 años) y 7% (12 y 14 años).

Ya no veníamos de una situación para tirar cohetes, pero es que la mayoría de los niños a los 9 años pierden el acompañamiento familiar.

Ya no tienen esa madre, padre o abuelo con el que habían creado un rato íntimo de conexión y que les leía un cuento antes de ir a dormir o mientras esperaban en la consulta del médico.

Casi el 80% de los niños a los 9 años ya no gozan del regalo desinteresado de los padres del tiempo de lectura en voz alta.

Más opciones de ocio y muchas son muy tentadoras.

Muchos niños empiezan a realizar más actividades extraescolares y les dedican mayor parte de su tiempo, tienen más deberes, aumenta su vida social, expresan su opinión de como quieren destinar su tiempo libre, incrementa el tiempo con videojuegos y otras formas de ocio digital. En resumen, los niños tienen menos tiempo disponible para leer.

¿Qué podemos hacer para que los niños no abandonen la lectura a los 9 años?

Existen muchas propuestas y acciones de promoción, mediación y fomento lector.

Creemos que los niños se merecen un plan nacional de fomento lector con un centro neurológico en las escuelas e implicación de las familias (fomentar también que los padres lean por placer).

Los niños tienen derecho a poder descubrir ese libro que les despierte el placer lector. Y aquí las bibliotecas escolares pensamos que tienen mucho que decir.

  1. Necesitamos bibliotecas escolares con recursos, renovadas, con un fondo de libros actualizado, bibliotecarios formados y con conocimiento del área en el que trabaja, con sinergias con otros organismos, empresas y asociaciones del su entorno. El fomento lector universal tiene que darse en todos los centros escolares, es allí donde se encuentran el 100% de los niños, por donde pasan todas las familias.
  2. Por supuesto, bibliotecas públicas y librerías de proximidad son una pieza clave y muy relevante.
  3. Dar el valor y repercusión que se merece la lectura en voz alta. No abandonar la rutina de leer en voz alta y compartir la lectura de libros. La comprensión auditiva a los nueve años es muy superior a la lectora, así que si se continúa leyendo, los niños aprenderán nuevo vocabulario, disfrutarán de libros que no están preparados para leer y no perderán el regalo que los adultos les han hecho durante todos estos años, compartir juntos cada día una lectura.

Por lo tanto, te animamos a colaborar, a que tu hijo continúe leyendo por placer a los 9 años, a que descubra nuevas historias, a continuar destinando tiempo, a leer juntos en voz alta, a conversar sobre libros, a visitar bibliotecas y, si puedes, a colaborar para que otros niños menos afortunados que los tuyos tampoco abandonen el placer de la lectura.

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