Leer en voz alta - Explicar cuentos de Navidad en a los ninos

Consejos para leer en voz alta en casa (por un experto en locución)

Me encanta leer en voz alta a los niños. Disfruto y estoy al 100% con los peques en ese tiempo de lectura compartida, pero no te engañaré: me engancho con las palabras, pierdo la voz con los textos largos sin mucho diálogo y no soy especialmente buena imitando voces de animales, ogros o abuelas.

En casa tengo la suerte de poder escuchar, leer libros infantiles a mi marido, él hace doblaje y su voz es su herramienta de trabajo. Es un placer ver y escuchar como él lee en voz alta los cuentos infantiles a los niños. Puede estar leyendo 2 horas seguidas sin que su voz se quiebre y utiliza diferentes registros y tonos para la mayoría de personajes que aparecen en cada historia.

Pero la realidad es que no todos tenemos esa habilidad. Yo siempre digo que no hace falta ser Messi para jugar con tu hijo en el parque a fútbol y que seas su héroe.

Todos los padres y madres podemos leer en voz alta a los niños

Ser padres y madres con voces normales y corrientes no es excusa para no leer en voz alta a los niños, tanto a los peques como a los más mayores, ya que tiene muchísimos beneficios.

Con ganas, práctica y paciencia, cada uno encuentra su estilo que hace que cada noche los niños te vengan a buscar con varios libros bajo el brazo y disfrutar de ese tiempo de conexión (por cierto, si quieres leer más sobre el poder y beneficios de la lectura compartida: The Enchanted Hour).

Trucos para disfrutar las sesiones de lectura en voz alta en casa

  • Beber agua, especialmente con lecturas largas.
  • Si estoy resfriada y con tos, mejor lecturas sencillas y de cuentos que ya tenga por la mano. Sí, un cuento que se lee por tercera vez es mucho más manejable que uno desconocido.
  • La postura es importante. No leer estirada, mucho mejor sentada (ya sea en el suelo, el sofá o en la cama).
  • Leer con tranquilidad y respirando normalmente. Ellos entienden mucho mejor la historia y yo voy más relajada, controlando mi voz y avanzando con la mirada lo próximo que tendré que leer.
  • Bajar el volumen. Leer en voz alta en un transporte público es casi imposible, excepto si tu objetivo es destrozarte la voz. También con la televisión, música, radio de fondo o tus otros hijos gritando.
  • Si lees en exterior (y yo siempre llevo un libro infantil en el bolso), que sea un sitio no muy ruidoso o con un libro juego o sin palabras. La lectura en voz alta debería ser un tiempo de conexión compartido con los niños, donde la voz del narrador es el principal sonido que hay en la sala.
  • Jugar con los tonos de la voz. Tonos bajos para hablar de personajes o ambientes oscuros, misteriosos o sombríos y, por el contrario, tonos altos para reflejar situaciones divertidas, positivas y cómicas. Aquí yo tengo limitaciones, pero lo voy trabajando poco a poco.
  • Hacer el payaso con la voz y cantar. El libro Vamos a cazar un osode Michael Rosen pide a gritos que actúes, que te dejes llevar con la historia. Lo mismo pasa con la versión rimada de El grúfalo de Julia Donaldson. Es mucho más divertido interpretar los cuentos.
  • Leer libros en papel. Si me preguntas que pienso de leer en la tablet, estoy a favor cuando ya son más mayores y es muy práctico cuando te vas de vacaciones para no cargar con la biblioteca en la maleta. Pero a los peques, ni de lejos. En mi experiencia, la tablet despista, pueden saltar notificaciones de otras aplicaciones, quieren tocar la pantalla a ver si es interactivo. Yo cuando leo, no tengo ni el móvil en la misma habitación. A veces está bien desconectar la tecnología. Si tu intención es leer un libro interactivo, por supuesto con tablet.
  • Estar relajado y centrado en ese momento. Si leo es porque tengo ganas, no lo vivo como una obligación. Así que si tienes la comida en el fuego, un email importante que responder u otras prioridades, mejor dejar la lectura en voz alta para otro día.
  • Constancia y paciencia. Poco a poco he visto como es posible hacer sesiones más extensas de lectura en voz alta, desarrollas la capacidad de interpretar más tonos y personajes y que incluso tu estás más relajada y disfrutando de ese rato de conexión con los hijos. Para conseguir esto, mi receta ha sido leer en voz alta casi cada día, es un ritual casi sagrado.
  • Pequeños pasos, grandes avances. Si te quieres lanzar, pero te da cosa porque tus hijos ya son mayores y te parece extraño, empieza con algo pequeño y sin grandes objetivos a medio o largo plazo. Un poema, un cuento clásico popular, un primer capítulo de un libro o  un artículo de una revista. Con 10 minutos es suficiente ¡Todo es lanzarse!

Si eres una escuela o asociación de familias y estás interesada en una formación a medida con estrategias para potenciar la lectura en casa, beneficios de lectura en voz alta, crear bibliotecas en casa y fomentar las conversaciones literarias y críticas, puedes escribirnos a raquel@aldealibros.com

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